7 de abril de 2009

Una lección para la maestra

(con mucho cariño para todos mis compañeros maestros y maestras)



Cierto dia me encontraba en mi aula esperando a que los niños guardaran silencio pues seria aplicado un examen. A la orden mia, los niños sacaron sus lápices y se dispusieron a contestarlo.

En ese tiempo una de mis alumnas me preocupaba mucho su calificación habia bajado considerablemente pero tenía la plena confianza que la niña contestara correctamente la prueba y de esa manera subir su promedio. Durante el examen, la ví muy concentrada y fué la primera es entregarlo.

Por la tarde cuando me dispuse a calificar, me dí cuenta que los resultados del examen de mi alumna no llegaba al mínimo aceptable y así que pasando por mi ética profesional, borré algunas de las respuestas equivocadas y así lograr una buena calificación para la niña.

A los días siguientes aunque mi conciencia no me dejaba tranquila, la sola idea de haberla ayudado me daba ánimos para mentir.

El día que entregué los exámenes, ella vió la prueba y dos lágrimas se asomaron por sus ojos, al preguntarle la causa de su llanto me dio una lección que nunca olvidaré.

- Maestra usted me corrigió mi prueba y yo no queria salir bien porque queria quedarme otro año con usted.

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