26 de junio de 2009

Canicas rojas


Durante los duros años de la Revolución, en un pueblo pequeño de Aguascalientes, México, solía ir al almacén del Sr. Muro para comprar productos frescos. La comida y el dinero faltaban y el trueque se usaba mucho.

Un día en particular, el Sr. Muro me estaba empaquetando unas papas. Cuando de repente me fijé en un niño pequeño, delicado de cuerpo y aspecto, con ropa rota pero limpia que miraba atentamente una caja de peras frescas.

Pagué mis papas pero también me sentí atraído por el aspecto de esas peras. ¡Me encanta el dulce de pera y las papas frescas! Admirando las peras, no pude evitar escuchar la conversación entre el Sr. Muro y el niño.

“Hola Toño, ¿Cómo estás hoy?”“Hola Sr. Muro. Estoy bien, gracias... solo admiraba las peras... se ven muy bien”.“Sí, son muy buenas. ¿Cómo está tu mamá?”“Bien. Cada vez más fuerte”.“Bien. ¿Hay algo en que te pueda ayudar?”“No Señor. Sólo admiraba las peras”.“¿Te gustaría llevar algunas a casa?”“No Señor. No tengo con que pagarlas”.

“Bueno, qué tienes para cambiar por ellas?”“Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa”.“¿De veras? ¿Me la dejas ver?”“Acá está. ¡Es una joya!”“Ya lo veo. El único problema es que ésta es azul y a mí me gustan las rojas”.“¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa?”“No exactamente, pero casi”.“Hagamos una cosa. Llévate esta bolsa de peras a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tienes”.“¡Claro! Gracias Sr. Muro”.

La Sra. de Muro se me acercó a atenderme y con una sonrisa me dijo, “Hay dos niños más como él en nuestra comunidad, todos en situación muy pobre.

A Salvador le encanta hacer trueque con ellos por peras, manzanas, tomates, o lo que sea. Cuando vuelven con las canicas rojas, y siempre lo hacen, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de mercadería y la promesa de traer una canica color naranja o verde tal vez”.

Me fui del negocio sonriendo e impresionado con este hombre. Un tiempo después me mudé a Guadalajara pero nunca me olvidé de este hombre, los niños y los trueques entre ellos.

Varios años pasaron, cada uno más rápidamente que el anterior. Recientemente tuve la oportunidad de visitar unos amigos en esa comunidad en Aguascalientes. Mientras estuve allí, me enteré que el Sr. Muro había muerto.

Esa noche sería su velorio y sabiendo que mis amigos querían ir, acepté acompañarlos. Al llegar a la funeraria, nos pusimos en fila para conocer a los parientes del difunto y para ofrecer nuestro pésame.

Delante nuestro, en la fila, había tres hombres jóvenes. Uno tenía puesto un uniforme militar y los otros dos unos lindos trajes oscuros con camisas blancas.

Parecían profesionales. Se acercaron a la Sra. Carmelita, quien se encontraba al lado de su difunto esposo, tranquila y sonriendo. Cada uno de los hombres la abrazó, la besó, conversó brevemente con ella y luego se acercaron al ataúd.

Los ojos cafes llenos de lágrimas de la Sra. Carmelita, los siguió uno por uno, mientras cada uno tocaba con su mano cálida, la mano fría dentro del ataúd. Cada uno se retiró de la funeraria limpiándose los ojos. Llegó nuestro turno y al acercarme a la Sra. De Muro le dije quién era y le recordé lo que me había contado años atrás sobre las canicas.

Con los ojos brillando, me tomó de la mano y me condujo al ataúd. “Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales te hablé. Me acaban de decir cuanto agradecían los “trueques” de Salvador.

Ahora que Chava no podía cambiar de parecer sobre el tamaño o color de las canicas, vinieron a pagar su deuda. Nunca hemos tenido riqueza” , me confió, “pero ahora Salvador se consideraría el hombre más rico del mundo”.

Con una ternura amorosa levantó los dedos sin vida de su esposo. Debajo de ellos había tres canicas rojas exquisitamente brillantes.

Moraleja de la Inspiracion Canicas Rojas:
- Seremos recordados por nuestras palabras , sino por nuestras acciones.

- La vida no se mide por cada aliento que tomamos, sino por las cosas que nos quitan el aliento.

- Dicen que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla.

23 de junio de 2009

Por favor dios mío, solo tengo 17 años!!!!!

El día que María José nació

Una historia real

El alacrán


Un maestro oriental vió como un alacrán se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo el alacrán lo picó. Por la reacción del dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el alacrán lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone maestro, ¡pero es usted terco!!!.. ¿no entiende que cada vez que intente sacarlo del agua, el alacrán lo picará..??" El maestro respondió: "La naturaleza del alacrán es picar, el no va a cambiar su naturaleza y esono va a hacer cambiar la mía, que es ayudar y servir".

Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.


•No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, solo toma precauciones..

•Algunos buscan la felicidad, otros la rechazan, no olvides eso..

•No permitas que la conducta de otras personas condicionesn la tuya...

•Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreir

20 de junio de 2009

Valor interior


Cierta ocasión Martín Luther King se encontraba a punto de dar una de sus famosas conferencias acerca de los derechos humanos, cuando noto que un pequeño niño de color negro se encontraba al frente de su auditorio.

Se sintió sorprendido y preguntó a uno de sus ayudantes, al respecto, este le indico que había sido el primero en llegar.

Cuando termino su discurso se soltaron globos de diferentes colores al cielo, los cuales el pequeño no dejaba de mirar.

Esto llamo la atención de Martín Luther King, quien abrazándolo lo levanto en brazos. El pequeño lo miro fijamente y le pregunto si los globos negros también volaban hacia el cielo, Martín lo vio y le contesto: Los globos no vuelan al cielo por el color que tengan, sino por lo que llevan dentro.

Recuerda esto cada vez que veas a alguien que intelectualmente, afectivamente o físicamente no sea afín a ti.

¡Todos tenemos la misma dignidad!

La prueba final


Jhon x se levanto del banco, arreglando su uniforme, y estudio la multitud de gente que abría paso hacia la Gran Estación Central. Busco la chica cuyo corazón el conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida.

Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizo su dirección. Ella vivía en Nueva York. El le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial.

Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a el de verdad le importaba, no importaría como ella luciera.

Cuando por fin llego el día en que el regresaría de Europa, ellos arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 pm en la Gran Estación Central de Nueva York. "Tu me reconocerás" ella dijo, "por la rosa roja que llevare en la solapa".

Así que a las 7 John estaba en la estación buscándola. Dejare que el señor X les diga lo que sucedió:

"Una joven mujer vino hacia mi, su figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y en su traje verde pálido , era como la primavera en vida. Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa. Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvo sus labios: "¿Vas por mi vía, marinero? Murmuro ella. Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era mas que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja. La chica en el traje verde se iba rápidamente.

Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado, Y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacile. Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella. Esto no seria amor, pero seria algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido.

Cuadre mis hombros, salude y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción. Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento que me pudiera conocer; ¿la puedo llevar a cenar? La cara de la mujer se ensancho en una sonrisa tolerante."No se de que se trata esto hijo" ella respondió, "pero la señorita en el traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le diría que lo esta esperando en el restaurante de frente. Ella dijo que era una clase de prueba!"

No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell. La verdadera naturaleza de un corazón

Prefiero hoy y no mañana


1. Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos ahora que estoy vivo y no una noche entera cuando yo muera.
2. Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo, y no apoyes tu cuerpo sobre mi cuando yo muera.
3. Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy vivo y no emprendas un inesperado viaje cuando yo muera.
4. Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo y no me envíes un hermoso ramo cuando yo muera.
5. Prefiero que elevemos al cielo una oración ahora que estoy vivo y no una misa cantada y celebrada cuando yo muera.
6. Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy vivo y no un desgarrador poema cuando yo muera.
7. Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy vivo, y no una conmovedora serenata cuando yo muera.
8. Prefiero me dediques una leve plegaria ahora que estoy vivo y no un poético epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.
9. Prefiero disfrutar de los mas mínimos detalles ahora que estoy vivo y no de grandes manifestaciones cuando yo muera.
10. Prefiero escucharte un poco nervioso diciendo lo que sientes por mi ahora que estoy vivo y no un gran lamento porque no lo dijiste a tiempo.

Aprovechemos a nuestros seres queridos, ahora que están entre nosotros...

Valora a las personas que están a tu alrededor. así que hazlo ya con un mail, una llamada o con lo que sea pero hazlo.

Para alentarnos


Esto es una anécdota de algo que sucedió recientemente en una zona rural de los EE.UU. Espero que al lector le engrandezca su fe.

Una pareja que tuvieron una sola hija, decidió vivir en una zona rural muy apartada de cualquier parte de la ciudad, especialmente para estar lejos de cualquier influencia religiosa. Ambos padres eran atéos y muy estaban muy disgustados con la religión organizada y solo con mencionar cualquier iglesia se les montaba la ira. Quisieron criar a su pequeña hija sin cualquier parafernalia de una fe en un ser espiritual. Lograron su meta hasta que la niña cumplió los siete años de edad. Tan llena de furia estaba ese hogar que a esa edad tan joven, ella presenció el asesinato de su mamá por su papá, y luego el suicidio de él. El gobierno local la llevó para que fuera adoptada por una familia con el deseo de ayudarla a sobresalirse de este pesadilla que había vivido. La familia con quien quedo hospedada se encariñó con ella y la adoptó.

Después de unas semanas, le preguntaron si quería ir con ellos a la iglesia. Ella, sin saber que era, y sin que le importara mucho lo que hacía, se fue con ellos. Acompañó a los hijos de la familia cuando fueron a la clase de escuela dominical (equivalente a las clases de catequésis en una iglesia católica). Los padres adoptivos de la niña habían informado a la profesora que la niña no había estado expuesta a la religión y que quizá estaría un poco incomoda. Durante la lección, la profesora mostró a la clase un dibujo de Jesús, y preguntó a todos los niños quien era el hombre en el dibujo. La niña sorprendentemente alzó la mano para contestar. La profesora, un poco atónita, decidió dejarla contestar.

La niña contestó ese es el hombre amable quien me abrazaba y me consolaba mientras vi morir a mis papás.

Un moño en la solapa


Una profesora universitaria inició un nuevo proyecto entre sus alumnos. A cada uno les dio cuatro moños de color azul, todos con la leyenda "Eres importante para mí", y les pidió que se pusieran uno. Cuando todos lo hicieron, les dijo que eso era lo que ella pensaba de ellos. Luego les explicó de que se trataba el experimento: tenían que darle un listón a alguna persona que fuera importante para ellos explicándole el motivo y dándole los otros listones para que ellos hicieran lo mismo. El resultado esperado era ver cuanto podía influir en las personas ese pequeño detalle Todos salieron de esa clase platicando a quién darían sus listones. Algunos mencionaban a sus padres, a sus hermanos o a sus novios.

Pero entre aquellos estudiantes, había uno que estaba lejos de casa. Este muchacho había conseguido una beca para esa universidad y al estar lejos de su hogar, no podía darle ese listón a sus padres o sus hermanos.

Pasó toda la noche pensando a quién daría ese listón. Al otro día muy temprano tuvo la respuesta. Tenía un amigo, un joven profesionista que lo había orientado para elegir su carrera y muchas veces lo asesoraba cuando las cosas no iban tan bien como él esperaba, ¡Esa era la solución!.

Saliendo de clases se dirigió al edificio donde su amigo trabajaba. En la recepción pidió verlo. A su amigo le extrañó, ya que el muchacho lo iba a ver después de que él salía de trabajar, por lo que pensó que algo malo estaba sucediendo.

Cuando lo vio en la entrada, sintió alivio de que todo estuviera bien, pero a la vez le extrañaba el motivo de su visita. El estudiante le explicó el propósito de su visita y le entregó tres moños, le pidió que se pusiera uno y le dijo que "al estar lejos de casa, él era el más indicado para portarlo". El joven ejecutivo se sintió halagado, no recibía ese tipo de reconocimientos muy a menudo y prometió a su amigo que seguiría con el experimento y le informaría de los resultados. El joven ejecutivo regresó a sus labores y ya casi a la hora de la salida se le ocurrió una arriesgada idea: Le quería entregar los dos moños restantes s su jefe.

El jefe era una persona huraña y siempre muy atareada, por lo que tuvo que esperar que estuviera "desocupado". Cuando consiguió verlo, su jefe estaba inmerso en la lectura de los nuevos proyectos de su departamento, la oficina estaba repleta de reconocimientos y papeles. El jefe sólo gruñó "¿Qué desea?" el joven ejecutivo le explicó tímidamente el propósito de su visita y le mostró los dos moños. El jefe, asombrado, le preguntó "¿Por qué cree usted que soy el más indicado para tener ese moño?". El joven ejecutivo le respondió que él lo admiraba por su capacidad y entusiasmo en los negocios, además que de él había aprendido bastante y estaba orgulloso de estar bajo su mando. El jefe titubeo, pero recibió con agrado los dos moños, no muy a menudo se escuchan esas palabras con sinceridad estando en el puesto en el que él se encontraba. El joven ejecutivo se despidió cortésmente del jefe y, como ya era la hora de salida, se fue a su casa.

El jefe, acostumbrado a estar en la oficina hasta altas horas de la noche, esta vez se fue temprano a su casa. En la solapa llevaba uno de los moños y el otro lo guardó en la bolsa de su camisa. Se fue reflexionando mientras manejaba rumbo a su casa. Su esposa se extrañó de verlo tan temprano y pensó que algo le había pasado, cuando le preguntó si pasaba algo, el respondió que no pasaba nada, que ese día quería estar con su familia. La esposa se extrañó, ya que su esposo acostumbraba llegar de mal humor.

El jefe preguntó "¿Dónde está nuestro hijo?", la esposa sólo lo llamó, ya que estaba en el piso superior de la casa. El hijo bajó y el padre sólo le dijo "Acompáñame". Ante la mirada extrañada de la esposa, y del hijo, ambos salieron de la casa. El jefe era un hombre que no acostumbraba gastar su "valioso tiempo" en su familia muy a menudo. Tanto el padre como el hijo se sentaron en el porche de la casa. El padre miró a su hijo, quien a su vez lo miraba extrañado. Le empezó a decir que sabía que no era un buen padre, que muchas veces se perdió de aquellos momentos que sabía eran importantes. Le mencionó que había decidido cambiar, que quería pasar más tiempo con ellos, ya que su madre y él eran lo más importante que tenía. Le mencionó lo de los moños y su joven ejecutivo. Le dijo que lo había pensado mucho, y quería darle el último moño a él, ya que era lo más importante, lo más sagrado, para él, que el día que nació, fue el más feliz de su vida y que estaba orgulloso de él.

Todo esto mientras le prendía el moño que decía "Eres importante para mí" El hijo, con lágrimas en los ojos le dijo: "Papá, no se que decir, mañana pensaba suicidarme porque pensé que no te importaba. Te quiero, papá, perdóname...." ambos lloraron y se abrazaron.

El experimento de la profesora dio resultado, había logrado cambiar no una, sino varias vidas, con solo expresar lo que sentía, ese es el poder de uno, expresar lo que sientes y darle valor a los detalles de la gente que te ama. Por eso tu para alguien... " Eres muy Importante ".

19 de junio de 2009

Perro fiel


Una pareja de jóvenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán.

El perro salvo, en mas de una ocasión, a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.

Un dia la pareja dejo al bebe placidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebe y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.

El dueño del perro pensó lo peor, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro. Corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada.

El dueño comienza a llorar y exclama: he matado a mi perro fiel!

Cuantas veces no hemos juzgado injustamente a las personas?. Lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos.

El arte de aprender




• A los 9 años aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.
• A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro niñas al mismo tiempo.
• A los 12, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, iban a ser más grandes en casa.
• A los 13, aprendí que cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi mamá me mandaba a ordenarlo.
• A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque las frustraciones de mi papá eran mayores y su mano más pesada.
• A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
• A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mamá cuando estaba comiendo algo preparado por mi esposa.
• A los 27 aprendí que el título obtenido no era la meta soñada.
• A los 30, aprendí que cuando mi esposa y yo teníamos una noche sin los niños pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos.
• A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.
• A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
• A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando.
• A los 39, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos galletas y ella elige la más chiquita.
• A los 42, aprendí que si estás llevando una vida sin fracasos, no estás corriendo los suficientes riesgos.
• A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle un mensaje.
• A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.
• A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.
• A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en él. Y que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás.
• A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca sucederían.
• A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.
• A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.
• A los 76, aprendí que envejecer es importante.
• A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.
• A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.

11 de junio de 2009

Fábula de la serpiente y de la luciérnaga


Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.

Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía… Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, contestó la serpiente…!!
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? preguntó la luciérnaga
- No, contestó la serpiente…!!!
- ¿Yo te hice algún mal ? dijo la luciérnaga
- No, volvió a responder la serpiente.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar…!!!Moraleja

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie?
Sencillo es de responder…
Porque no soportan verte brillar……!!!!

Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte… porque tu luz seguirá intacta.

Tu esencia permanecerá, pase lo que pase…..

Se siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los predadores!!

9 de junio de 2009

Carrera emotiva

Hace algunos años, en las olimpiadas para personas con discapacidad de Seattle, también llamadas “Olimpiadas especiales”, nueve participantes, todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros lisos.

A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de si, terminar la carrera y ganar el premio.

Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar…

Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás.

Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron… ¡Todos!

Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: “Listo, ahora vas a ganar”….

Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.

El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos.

Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten y repiten esa historia hasta hoy.

Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo.

Porque el verdadero sentido de esta vida no es que cada uno de nosotros gane en forma individual sino que … TODOS JUNTOS GANEMOS.