6 de septiembre de 2015


Un hombre soberbio visitó a un maestro y le pidió que le enseñara lo que sabía. Le dijo que aunque ya había aprendido todo lo necesario de diversos maestros, igual quería escucharlo.

El maestro le ofreció una taza de té. Al servirlo, no reparó que había llegado al borde de la taza y el té se derramó sobre la ropa de su visitante .
 
El hombre molesto, le dijo : ¿Qué puedes enseñarme tú, si ni siquiera sabes servir el té?

El maestro respondió:”Como esta taza, tu mente está llena de ideas. Si te doy más conocimientos, se derramará como el té. Regresa cuando la taza de tu mente esté vacía y quieras verdaderamente escuchar”.