26 de abril de 2024

¡Ponme la cadenita!


En algún hogar del mundo, esa mañana, como todos los días, se escuchaban los gritos alterados de un hombre regañando a su hijo:

-Levántate pronto, lávate la cara, los dientes, péinate, ponte la camisa....

Pero apúrate, tienes que ir a clases. ¿Sabes qué?... Ya no hay tiempo para que desayunes, en el camino tomarás tu jugo, pero no lo vayas a tirar.. 

¿Qué te dije, tonto? Ya te manchaste la camisa. Me tienes harto, nunca aprendiste a hacer bien las cosas.

El chiquillo guardaba silencio, sabía que le podía ir peor. Estaba tan atemorizado que ni siquiera podía decirle "papá".

En la escuela, constantemente era reprendido por su maestra porque se distraía. Siempre pensando por qué no podía ser feliz como los demás niños.

Esa tarde al regresar a casa, sin saber por qué, se atrevió a romper el silencio y dijo:

-Hoy me preguntó la maestra en qué trabajas y no supe qué responder.

Yo entreno perros, dijo el hombre.

-¿Y para qué los entrenas? dijo el niño.

-Los enseño a ser obedientes, a sentarse, a echarse, a quedarse quietos, a brincar obstáculos, a no hacer destrozos, cuidar la casa, cuidar y proteger a los niños, los entreno para trabajar en la policía, en los bomberos, los entreno para rescatar personas, para salvar vidas localizando explosivos y muchas cosas más...

¡Ah! ¡También los entreno para ayudar a caminar a las personas ciegas!

Con mucho interés seguía preguntando:

-¿Y les pagan a los perros por hacer todo eso?

Claro que no, dijo él.

A cambio reciben mucho amor, atención y cuidados de parte de sus dueños o de quienes trabajan con ellos.

- ¿Y cómo logras entrenarlos? 

-Es muy sencillo, dijo. Solamente les pongo una cadenita, los llevo a pasear, camino y platico con ellos y poco a poco les voy enseñando. Cuando no hacen bien los ejercicios los corrijo firmemente pero sin lastimarlos, después los acaricio para que sientan que no estoy enojado con ellos! Pero se necesita mucha paciencia!

El pequeño, muy emocionado, quería salir corriendo y platicarle a sus amiguitos lo que acababa de escuchar, pero de pronto....

con ese gesto infantil, característico y natural que hacen los niños cuando sienten que van a brotar sus lágrimas, levantó su carita inocente y dijo...  

-Ponme la cadenita!

Yo también quiero salir a pasear y platicar contigo, quiero aprender muchas cosas de ti, quiero que me corrijas si lo hago mal y después me acaricies para sentir que no estás enojado conmigo.

A cambio yo seré un niño obediente, no te haré enojar más, no haré destrozos, cuidaré la casa, aprenderÉ a cuidar a las personas, a salvar vidas...

Ah! y si un día tú quedaras ciego, yo te ayudaré a caminar! 

¡Por favor, ponme la cadenita, solo tenme paciencia!

El hombre aquel, estalló en un sollozo profundo que le desgarró el pecho. Y al abrazar a su hijo, sintió que de su corazón salía una cadenita que rápidamente se enlazaba con el corazón de su hijo.

¡Era una cadenita con muchos eslabones de amor, de calor humano, de comprensión y mucha paciencia!

El niño sonrió, se acurrucó en su pecho y dijo: 

¡Gracias, Papá!

"Que todo lo amable, gentil, tolerantes, cariñosos, cuidadosos que podemos ser, lo seamos con los nuestros, hijos, esposo (a) padres, nietos, hermanos, familia, amigos y los que nos rodean y podamos reflejar así el amor  en donde nos movamos".

Español antiguo

 

 

Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, entre otras, no son errores gramaticales, ni inexactas, quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones dónde alguna vez así se habló, era un español antiguo.

Ansina ti quero 

y pos este cariño se dilató,

pero yo lo vide primero que tú, 

no hay naiden en el pueblo

que me haiga hecho sentir lo mesmo. 

Ansina va la cosa,

ayer te truje munchas flores,

de la orilla del río...

tú me dijites hace muncho tiempo

que son las que te gustan  bien harto.

ayer cuando las recivites vide en tus ojos

el brillo de la luna,

así como se mira en la noche ,

cuando voy de regreso al jacal,

y naiden me acompaña...

pero aquí mero en mi pensamiento,

tú andas conmigo.

   Ansina te quiero,

como la mañana cuando se asoma el sol,

como la llovizna que moja la tierra,

como el campo que me gusta ver todo el día...

como la muina que tengo si no te miro. 

   Dizque así es el cariño

un poco rejego...

y se dilata en llegar,

pero tengo harta calma,

yo lo vide llegar primero...

pero tú ya lo vites en mis ojos.

BIEN HAIGAN LOS LEIDOS...

Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, etc. no son errores gramaticales, ni inexactas, son 2 “Ansina se dice, Ansina se escribe: historias e histerias del habla popular”

Texto de las imágenes 

El autor es Daniel Escorza Rodríguez, investigador y académico del INAH, México.

23 de abril de 2024

¡NUNCA SUBESTIMES A NADIE!

 

Una mujer con un vestido de algodón barato y su esposo vestido con un humilde traje, se bajaron del tren en Boston y caminaron tímidamente (sin tener una cita), a la oficina de la secretaria del Presidente de la Universidad de Harvard.

La secretaria adivinó en un momento que esos campesinos venidos de los bosques, no tenían nada que hacer en Harvard.

- Desearíamos ver al presidente, dijo suavemente el hombre.

- El está ocupado, contestó la secretaria.

- Esperaremos, replicó la mujer. Por horas la secretaria los ignoró esperando que la pareja finalmente se desanimara y se fuera, pero ellos no lo hicieron y la secretaria vio aumentar su frustración y finalmente decidió interrumpir al presidente, aunque era una tarea que ella siempre esquivaba.

- Tal vez si usted conversa con ellos por unos minutos se irán, dijo la secretaria al Presidente de la Universidad. El hizo una mueca de desagrado pero aceptó, alguien de su importancia obviamente no tenía el tiempo para ocuparse de gente con vestidos y trajes baratos. Sin embargo el presidente con el ceño áspero, pero con dignidad, se dirigió con paso arrogante hacia la pareja.

La mujer le dijo:

- Tuvimos un hijo que asistió a Harvard por sólo un año, el amaba a Harvard y era feliz aquí, pero hace un año murió en un accidente. Mi esposo y yo deseamos levantar algo en alguna parte del campus que sea en memoria de nuestro hijo.

El presidente no se interesó y dijo:

- Señora, no podemos poner una estatua para cada persona que asista a Harvard y fallezca, si lo hiciéramos, este lugar parecería un cementerio.

- Oh no, explicó la mujer rápidamente:

No deseamos erigir una estatua, pensamos que nos gustaría donar un edificio a Harvard.

El presidente entornó sus ojos, echó una mirada al vestido y al traje barato de la pareja y entonces exclamó:

- ¡Un edificio!, ¿tienen alguna remota idea de cuánto cuesta un edificio?, hemos gastado más de 7.5 millones de dólares en los edificios aquí en Harvard!. Por un momento la mujer quedó en silencio y el presidente estaba feliz porque tal vez se podría deshacer de ellos ahora.

La mujer se volvió a su esposo y dijo suavemente:

- ¿Tan poco cuesta iniciar una Universidad?, ¿por qué no iniciamos la nuestra?. Entonces su esposo aceptó y el rostro del presidente se oscureció en confusión y desconcierto. El sr. Leland Stanford y su esposa se pararon y se fueron, viajando a Palo Alto California, donde establecieron la Universidad que lleva su nombre, la Universidad Stanford, en memoria de un hijo del que Harvard no se interesó.

La Universidad "Leland Stanford Junior" fue inaugurada en 1891, en Palo Alto. "Junior" porque era en honor al fallecido hijo del rico terrateniente. Ése fue su "memorial" y hoy en día la Universidad de Stanford es la número uno del mundo, por arriba de Harvard.

Qué fácil es JUZGAR por apariencias y qué fácil es equivocarse al... ¡JUZGAR por apariencias!

8 de abril de 2024

Mi perro y yo

 

Me encantó... 

“Pregunta: ¿Por qué los perros viven menos que la gente?

Aquí está la respuesta:

Como veterinario, me llamaron para examinar a un perro de 13 años llamado Batuta.

La familia esperaba un milagro.

Examiné a Batuta y descubrí que estaba muriendo de cáncer y que no podía hacer nada...

Batuta estaba rodeado por su familia.

El niño Pedro parecía tan tranquilo, acariciando al perro por última vez, y me preguntaba si entendía lo que estaba pasando. En pocos minutos, Batuta cayó pacíficamente en un sueño para no despertar nunca más.

El niño parecía aceptarlo sin dificultad.

Oí a la mamá preguntándose ;- Por qué la vida de los perros es más corta que la de los seres humanos?

Pedro dijo: ′′ Sé por qué."

La explicación del niño cambió mi forma de ver la vida.

Él dijo :-" La gente viene al mundo para aprender a vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buena persona, eh?! Como los perros ya nacen sabiendo hacer todo esto, no tienen que vivir por tanto tiempo como nosotros." Entendido?

La moraleja de la historia:

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

* Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre para saludarlos.

* Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a pasear.

* Permite que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis!

* Toma siestas, descansa.

* Estírate bien antes de levantarte.

* Corre, salta y juega diariamente.

* Evita ′′ morder ′′ cuando con solo un gruñido sería suficiente.

* En un clima muy caliente, bebe mucha agua y acuéstate bajo la sombra de un árbol frondoso.

* Cuando estés feliz, baila moviendo todo tu cuerpo.

* Disfruta de las cosas simples, de una larga caminata.

* Sé fiel.

* Nunca pretendas ser algo que no eres. Se auténtico!

* Si lo que quieres, está ′′enterrado ", búscalo, persiste hasta encontrarlo.

* Y nunca olvides:

Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazlo sentir que estás allí.”