27 de agosto de 2010

¿Cuantos años tengo?



¿Cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!

La edad en que puedo: Gritar sin miedo lo que pienso...
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o a lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos,
y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuantos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,
"y otros que estoy en el apogeo".

Pero no es la edad que tengo,
ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente
y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios
para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero,
para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen porque decir:
¡Está muy joven, no lo logrará!
¡Esta muy viejo, ya no podrá!

Tengo la edad en que las cosas
se miran con mas calma,
reconociendo el valor de cada una de ellas,
pero con el interés de seguir creciendo,
con el respeto que se merecen,
y con la mesura correspondiente

Tengo los años en que los sueños
se empiezan a acariciar con los dedos,
y las ilusiones se convierten en esperanza,
la edad en la que uno piensa o sueña
un mundo mejor que heredarle a nuestros hijos,
y nos preocupamos por eso.

Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego
de una pasión deseada.
Y otras es un remanso de paz,
como el atardecer en la playa.

¿Qué cuántos años tengo?
No necesito con un número marcarlos,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
y las lágrimas que por el camino derramé
al ver mis ilusiones truncadas
o al momento en que los demás
reconocieron cada uno de mis éxitos...
esas lagrimas...¡Valen mucho más que eso!

¡Qué importa si cumplo cincuenta,
sesenta, setenta o más!
Pues lo que importa,
¡Es la edad que siento!

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso a quién le importa!
¡Tengo los años necesarios para perder el miedo
y hacer lo que quiero y creo conveniente en mi vida
hago lo que siento!

No importa si estoy joven o viejo
pero una cosa si te puedo asegurar
que independientemente de que yo esté como esté,
tengo la edad suficiente
para agradecer a la vida por permitirme ser
y estar aquí en este momento contigo.

¿Que cuantos años tengo?
no lo sé, ni me interesa
mientras tu existas en mi vida
yo viviré.

Ha fallecido el sentido común


Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, 'Sentido Común', que ha estado entre nosotros durante muchos años.

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia.

Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza; que se necesita leer todos los días un poco; saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer la validez de frases tales como 'la vida no siempre es justa' y 'tal vez haya sido yo el culpable'.

Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas), y estrategias parentales confiables (los adultos están a cargo, no los niños)

Su salud comenzó a deteriorarse rápidamentecuando se aplicaron reglas bien intencionadas pero ineficaces: informes respecto a un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga, y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición.

Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.

Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar, o colocar una tirita a un alumno.
Aunque eso sí, no podían informar a los padres si una alumna estaba embarazada y quería abortar.

Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios, y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas.

Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa,pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil.

Y así, muchísimos casos más de nuestra vida terrenal.

La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres,Verdad y Confianza; la de su esposa, Discreción; la de su hija, Responsabilidad, y la de su hijo, Raciocinio .
Le sobreviven sus tres hermanastros:
'Conozco Mis Derechos', 'Otro Tiene la Culpa' y 'Soy Una Víctima de la Sociedad'.

No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se enteraron de que se había ido.

1 de agosto de 2010

Contra el racismo


En un avión, iniciado el vuelo, una "señora" oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata

-¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata

-¿Es que no lo ve? - Responde la dama

- Me colocaron junto a un sucio INDÍGENA. No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes. ¿¿¡¡No tiene otro asiento!!??

-Por favor, cálmese… -dice la azafata- Casi todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible

La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:

-Sra., como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el Comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase.

-Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue:

-Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el Comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante.

Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados.

Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:

-Si el Sr. lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera.

Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena, se levantaron y aplaudieron.

La última conferencia

La madre


Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Sin embargo…tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un 1 año,
Ella te alimentaba y te bañaba.
Sin embargo, tú se lo agradeciste llorando la noche entera.

Cuando tenías 2 años,
Ella te enseñó a caminar.
Sin embargo, tú se lo agradeciste huyendo de ella cuando te llamaba.

Cuando tenías 3 años,
Ella te hacía todas las comidas con amor.
Sin embargo, tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.

Cuando tenías 4 años,
Ella te dio unos lápices de colores.
Sin embargo, tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.

Cuando tenías 5 años,
Ella te vestía para las ocasiones especiales.
Sin embargo, tú se lo agradeciste tirándote enlodándote a más no poder.

Cuando tenías 6 años,
Ella te llevaba a la escuela.
Sin embargo, tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!

Cuando tenías 7 años,
Ella te regaló una pelota.
Sin embargo, tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.

Cuando tenías 8 años,
Ella te trajo un helado.
Sin embargo, tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.

Cuando tenías 9 años,
Ella té pago unas clases de piano.
Sin embargo, tú se lo agradeciste nunca practicando.

Cuando tenías 10 años,

Ella te llevaba con el auto a todas partes de gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.
Sin embargo, tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.

Cuando tenías 11 años,
Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.

Cuando tenías 12 años,
Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.
Sin embargo, tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.

Cuando tenías 13 años,
Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenía gusto.

Cuando tenías 14,
Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano.
Sin embargo, tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.

Cuando tenías 15,
Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.
Sin embargo, tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.

Cuando tenías 16,
Ella te enseñó cómo manejar su coche.
Sin embargo, tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.

Cuando tenías 17 años,
Ella esperaba una llamada importante..
Sin embargo, tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.

Cuando tenías 18,
Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Sin embargo, tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.

Cuando tenías 19 años,
Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.

Cuando tenías 20 años,
Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole: 'A Ti no te importa eso'

Cuando tenías 21 años,
Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole: 'No quiero ser como Tú.'

Cuando tenías 22,
Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.

Cuando tenías 23,
Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.

Cuando tenías 24,
Ella conoció a tu futura esposa (o) y le preguntó sus planes para el futuro.
Sin embargo, tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste '¡Cállate!'.

Cuando tenías 27,
Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Sin embargo, tú se lo agradeciste mudándote por la mitad del país.

Cuando tenías 30,
Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Sin embargo, tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.

Cuando tenías 40,
Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Sin embargo, tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.

Cuando tenías 50,
Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Sin embargo, tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.

De repente, un día............., ella silenciosamente MURIOOOO......!!!!. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.

Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos MAMÁ, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.

No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento, aunque a veces, ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así, ¡Es tú Madre!

Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.

Pregúntate a ti mismo:
¿Has LIMITADO tu tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio?

Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de ella.
Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del ser que llamamos Mamá.

Solo eso nos queda…a algunos desgraciadamente.