El maestro le ofreció una taza de té. Al servirlo, no reparó que había llegado al borde de la taza y el té se derramó sobre la ropa de su visitante .
El hombre molesto, le dijo : ¿Qué puedes enseñarme tú, si ni siquiera sabes servir el té?
El maestro respondió:”Como esta taza, tu mente está llena de ideas. Si te doy más conocimientos, se derramará como el té. Regresa cuando la taza de tu mente esté vacía y quieras verdaderamente escuchar”.
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