14 de agosto de 2011

Reflexiones sobre educar


Como un elemento de reflexión se transcriben las palabras usadas por un pedagogo, Bayardo Giraldo U en la clausura de un evento educativo:

"Les presento con la cara sucia, fiel reflejo del alma que envenenó la suya, un niño que rechazó la escuela por su ineptitud para recitar el algoritmo de la división, por su incapacidad para entender que la ganancia es igual al precio de venta menos el precio de compra, por su inutilidad para relacionar espacio, velocidad y tiempo, por su inhabilidad para comprender las relaciones entre conjuntos y por su brutalidad para identificar las relaciones en diagrama sagital. Los invito a que escuchemos de él, entre otras cosas, como aprendió las matemáticas que le negó la escuela.

"Escuche profe, nunca entendí porque en algunas restas, las decenas le prestan a las unidades y estas nunca le pagan. Tampoco entendí porque si las matemáticas no son honestas ni usted tampoco, me hablaba de honradez de la una y del otro.

Creo que no lo entendí porque usted no me lo explicó.

Hoy, profesor, liberado de usted y de su cárcel, se que para repartir el producto en un robo se necesita el billete y no el lápiz y papel. También aprendí, sin que usted me lo enseñara, que hay otra manera de repartir con más "justicia" de acuerdo con la participación en el atraco.

También sé, querido profesor, que los problemas de compra, venta y ganancia no son tan complicados como usted los hizo aparecer. Con la gallada aprendí, sin que usted me lo enseñara, que al vender "una bola" de marihuana debo tener en cuenta el precio de compra, de tal manera que la ganancia garantice el consumo de mi dosis.

Lo de velocidad, espacio y tiempo no es tan fácil como en el tablero. Hay que ver como se complican las cosas cuando la carrera es en el monte y con un fusil en bandolera.

No protesto profesor, por lo de las matemáticas. Al fin y al cabo la vida me enseñó lo que necesitaba para no morirme de hambre.

Tampoco protesto por lo de mi cancelación de matrícula. De todas maneras, a pesar de la tristeza que es mi compañera en las aceras, soy mas feliz que en esas cuatro paredes que usted vigila. Protesto si, profesor, contra esa escuela que me enseñó conjuntos en abstracto, pero ignoró mis relaciones en ese, que si es concreto y se llama familia.

Protesto contra esa escuela cuyos profesores renegaban de la opresión pero me oprimían, que protestaban por la represión del sistema, pero me reprimían sin mi protesta.

Protesto, en fin, contra esa escuela que me exigió con palabras lo que no fue capaz de darme con amor".

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