20 de julio de 2010

Princesas en peligro de extinción

Me gustan las mujeres que aun quieren ser princesas y se niegan a convertirse en sapos, porque mientras existan mujeres que todavía guarden modales de doncella, existiremos hombres que aun veremos importante el comportarnos como caballeros.

Amo a la mujer que no compite con los hombres, porque sabe que el hombre jamás será su rival sino un complemento de ella misma. Respeto a las mujeres que luchan por ser cada día más mujeres y en ningún sentido buscan parecerse a los hombres, pues muchas mujeres en su búsqueda de la llamada "liberación femenina", han cometido el error de imitar al varón, pero en los aspectos más deprimentes de éste. Es quizá por esta equivocada conquista que se fajaron pantalones, se dieron el gusto o permiso de vivir aventuras sexuales de una noche, comenzaron a llevarse el cigarrillo a los labios, empezaron a maldecir en público, se desinhibieron en bares y ahora las vemos dando penoso espectáculo, devolviendo el estómago en los baños o embrutecidas y semidesnudas sobre las mesas.

Cometieron el error de querer ser como nosotros los hombres y ahora se dicen "weyes" de manera amistosa y permiten que sus amigos varones las llamen "wey" sin darse cuenta que en lugar de mostrarles confianza o camaradería con esa palabra, lo que verdaderamente hacen es rebajarles a nivel de bestias; pero muchas ríen, pues ni siquiera se dan cuenta. Las generaciones de madres abnegadas, reprimidas y violentadas, enseñaron a sus hijas que la mejor manera de acabar con el yugo masculino era convertirse en el enemigo y así crecieron confundiendo su identidad de mujeres, con la intención de seguir nuestros pasos, muchos de los cuales nos han convertido en seres torcidos y han llevado a nuestro mundo a la debacle moral de la que hoy somos víctimas.

Las niñas de la nueva generación decidieron que el sueño de ser princesas era muy aburrido y esclavizante, así que cambiaron la corona por un pasamontañas y son ahora también delincuentes de alto impacto, servidores públicos podridos, conductoras irresponsables, reinas de belleza involucradas con el narco y hasta líderes sindicales vendidas con algún partido. Me encantan las mujeres que no quieren convertirse en hombres y llegan a la universidad con la firme intención de terminar con honores su carrera.

Las que en lugar de demostrarnos que son capaces de beber media botella de tequila, nos demuestran que pueden dirigir un laboratorio o centro de investigación. Las que no buscan un buen partido para casarse sino que buscan ser un buen partido para que un buen hombre las merezca.. Las que saben decir no, cuando "NO" es la única respuesta digna de una dama, aunque todo el mundo las tache de anticuadas y de ñoñas. Las que se ríen de los chistes machistas y entienden que en lugar de ofenderse, deben sentir pena por el hombre que se atreve a contarlos y mucho más si piensa que esas bromas son un verdadero compendio de sabiduría popular.

2 comentarios:

María José Juan.CH dijo...

Esta entrada me ha encantado.
Niñas que imitan a los hombres en sus peores aspectos. Princesas que dejan la corona por el pasamontañas...
Sin embargo, tu entrada es algo machista aunque no sea esa tu intención. Juegas con los esteroetipos de las mujeres y te olvidas, que una princesa no es aquella que tiene una corona y esta sentada en un trono, no es necesario la vestimenta, el trabajo..de una mujer para colgarle la etiqueta de "bestia".
Coincido en la perdida de modales, hoy en día son (somos) o unas guarras o bien hipócritas (habíendo excepciones, claro).
Si la mujer cae en la perdida de sus modales, los hombres también, coincido con eso. Si embargo, desde mi punto de vista, yo no añoro ser princesa, porque prefiero ser una dama(quizás por los estereotipos, no muy buenos, de éstas), como áquel que dice. Me habría gustado más tu entrada si en vez de hablar de mujeres, hablas de los hombres, principes convertidos en sapo y sin intención de ser besados para cambiar.

Un beso :)
MJ.J.CH

Mercedes Lird Molinas dijo...

Me ha encantado, pero por encima de toda la descripción, el hecho, de que como ya no hay actitudes delicadas y femeninas, escasean asimismo los caballeros. Me gustó. Enhorabuena!!!!!