26 de julio de 2024

La maleta


 Un hombre murió repentinamente. Al darse cuenta de que había fallecido, vio que se acercaba Dios, y que llevaba consigo una maleta.

- Dios le dijo: Hijo es hora de irnos.

- El hombre asombrado contesto: ¿Tan pronto?… Pero si aún tenía muchos planes.

- Lo siento, pero es el momento de tu partida.

- ¿Que traes en esa maleta? - Pregunto el hombre.

- Tus pertenencias. - le respondió Dios.

- ¿Mis pertenencias?… ¿Traes todas mis cosas? mi ropa y mi dinero.

- Dios le respondió: Eso nunca te perteneció, eran de la vida.

- ¿Traes mis recuerdos?

- Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo.

- ¿Traes mis talentos?

- Esos tampoco te pertenecieron, eran de las circunstancias.

- ¿Traes a mis familiares y amigos?

- Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.

- ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?

- Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón.

- Entonces ¿traes mi cuerpo?

- No, jamás te perteneció, era de la tierra.

- Pero, sí, traes mi alma.

- No, tampoco fue tuya, era mía.

Entonces, el hombre lleno de miedo le arrebato a Dios la maleta, y al abrirla, se dio cuenta que estaba vacía. Con lágrimas de tristeza brotando de sus ojos, el hombre dijo: - O sea que, nunca tuve nada.

- Así es. - Le dijo Dios - nunca tuviste nada y lo tuviste todo a la vez, ya que cada uno de los momentos que viviste fueron únicamente tuyos y solo tuyos. La vida está hecha de momentos, y jamás uno fue idéntico al otro.

11 de julio de 2024

Ansina

Ansina te quiero

y pos este cariño se dilató,

pero yo lo vide primero que tú,

no hay naiden en el pueblo

que me haiga hecho sentir lo mesmo.

Ansina va la cosa,

ayer te truje munchas flores,

de la orilla del río...

tú me dijistes hace muncho tiempo

que son las que te gustan bien harto.

ayer cuando las recivites vide en tus ojos

el brillo de la luna,,,

así como se mira en la noche ,

cuando voy de regreso al jacal,

y naiden me acompaña...

pero aquí mero en mi pensamiento,

tú vas conmigo.

Ansina te quiero,

como la mañana cuando se asoma el sol,

como la llovizna que moja la tierra,

como el campo que me gusta ver todo el día...

como la muina que tengo si no te miro.

Dizque así es el cariño

un poco rejego...

y se dilata en llegar,

pero tengo harta calma,

yo lo vide llegar primero...

pero tú ya lo vites en mis ojos.

Tomás Caballero, 13 de Abril 2023, México, DAR., México

Nota aclaratoria: Este texto no nos muestra un forma errónea de hablar de nuestros antepasados, sino que en realdad se considera como un español antiguo

BIEN HAIGAN LOS LEIDOS...

Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, etc. no son errores gramaticales, ni inexactas, son simplemente formas de hablar que vienen de muy antiguo.

Por lo tanto quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones dónde alguna vez así se habló, era un español antiguo.

Y es triste que mucha gente con títulos universitarios y supuestamente educada tiende a burlarse de quienes aún lo usan; cuando ellos son los primeros que deberían entender es parte de un lenguaje antiguo que muy probablemente sus abuelos, y más allá usaron normalmente.

El libro de donde se extrajo el texto es de Daniel Escorza Rodríguez, investigador y académico del INAH, México y se llama "Ansina se dice, Ansina se escribe: historias e histerias del habla popular". 

——HAIGA, VISTES, NAIDEN

En las ciudades y pueblos de nuestro México todavía hay quienes usan estas palabras en el habla de la vida diaria. A primera vista (o a primer oído) parece una incorrección verbal. Algunas personas con buenas intenciones corrigen con cierta cortesía a los hablantes o escribientes que utili zan estas formas verbales o nominales. Otros, con franca arrogancia y con un dejo petulante afirman tajantes: "no se dice haiga, sino haya". En las redes sociales hay quien hace escarnio de quienes utilizan el "haiga", "hicistes" y otras voces semejantes. Lo cierto es que estas palabras forman parte de lo que en el español conocemos como arcaísmos, es decir, palabras consideradas antiguas y que ya no se utilizan en determinados lugares. Son voces que provienen de la España del siglo XVI, de la época en la que los conquistadores penin sulares llegaron a estas tierras. Son palabras que utilizaban tanto Hernán Cortés como Miguel de Cervantes Saavedra.

Al respecto, el buen amigo Enrique Rivas Paniagua, en su interesante y poco conocido libro Picudos y deslenguados, señala que quien utiliza este tipo de lenguaje "no comete errores gramaticales, no usa formas inexactas, sino antiguas". En efecto, quienes dicen: "dizque es doitor" (dice que es doctor), "ya se dilató" (ya se demoró), "no hay naiden" (no hay nadie), "yo lo vide primero" (yo lo vi primero), "truje muncho maíz" (traje mucho maíz), "ansina va la cosa" (así va la cosa), "¿platicastes con ella?..." (¿platicaste con ella?) no hablan mal español, simplemente hablan como lo hacían antiguamente en España,——

Buen día para todos..,

Publicación original hecha el 13 de Abril 2023

Gracias por su atención y NO AL PLAGIO

6 de julio de 2024

La prueba de los tres filtros de Sócrates

 

En la antigua Grecia Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrarse con el gran filósofo, y le dijo:

– ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?

– Un momento, –respondió Sócrates– antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte una prueba, la de los tres filtros.

– ¿Los tres filtros?

– Sí,-continuó Sócrates– antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres filtros. El primer filtro es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me vas a decir es verdad?

– No, sólo lo escuché.

– Muy bien. Así que no sabes si es verdad. Continuamos con el segundo filtro, el de la bondad. Lo que quieres decirme sobre mi amigo, ¿es algo bueno?

– ¡Ah, no! Por el contrario.

– Entonces, -cuestionó Sócrates– quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que sean verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba del tercer filtro, el de la utilidad.

¿Es útil que yo sepa lo que me vas a decir de este amigo?

– No, en serio.

– Entonces, -concluyó Sócrates– lo que ibas a contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil; ¿por qué querías decírmelo?

Mejoremos nuestra vida y sociedad.